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instalación para granjas

En una industria de márgenes estrechos como la ganadería avícola o porcina, la reducción del gasto energético no es sólo una cuestión de mayor rendimiento, sino de supervivencia, y es aquí precisamente donde las ventajas de la energía fotovoltaica salen en ayuda del ganadero.

El mayor consumo de electricidad de una granja avícola o porcina, tiene lugar fundamentalmente en dos aspectos: iluminación y climatización. Para que los animales crezcan de un modo óptimo, la luz, temperatura, humedad y calidad del aire de las instalaciones de cría han de mantenerse estables y controladas a lo largo de todo el año. No es de extrañar, por tanto, que en las granjas de pollos o de cerdos de nuestro país sea el verano la estación que dispare el consumo eléctrico. Las altas temperaturas obligan al ganadero a realizar una mayor inversión en gasto de energía que garantice la salud de sus animales. Apostando por el autoconsumo fotovoltaico, los paneles solares son capaces de generar mayor cantidad de energía y ofrecérsela a la explotación sin coste alguno. El resultado es un ahorro sostenible en la factura de la luz en el momento en el que más lo necesita la explotación.

bombeo solar

Reduce los costes de producción de tu cultivo con una instalación de bombeo solar. Puedes olvidarte completamente de usar un grupo electrógeno o pagar ninguna factura más de luz. Son instalaciones que se amortizan muy rápidamente (a partir de los 3 años). Las placas solares cuentan con una garantía de 25 años y, adicionalmente, tienes la posibilidad de contratar un seguro a todo riesgo por 5 años que incluye robo, rotura y cobertura por falta de rendimiento para tu tranquilidad total.

instalaciones flotantes

Cada vez es más común ver placas solares en los tejados de las casas, o incluso en grandes plantas fotovoltaicas. No en vano, este tipo de instalaciones prácticamente ha doblado su número en nuestro país solo en el último año. Lo que pocos saben, sin embargo, es que las placas solares pueden ser instalados también sobre agua. Superficies de agua como el mar, los lagos o los embalses permiten la instalación de plantas fotovoltaicas en el caso en el que no se cuente con terreno firme que en principio es lo ideal. Lagos y embalses son especialmente indicados, ya que su agua es dulce –eliminando el riesgo de erosión por salinidad-  y generalmente más tranquila.

Las plantas fotovoltaicas flotantes llegan a ser un 11% más eficiente que las instalaciones sobre tierra. ¿La razón? la temperatura de los módulos. Como nos habrás oído decir antes, las placas solares son amigas de la luz pero no tanto de la temperatura. Aunque pueda sonar paradójico, la eficiencia de las células fotovoltaicas se reduce si la temperatura alcanza cierta altura. Nuestra tendencia a pensar que los paneles solares operan mejor bajo un sol de pleno agosto a 40 grados es equivocada: operan mucho mejor bajo un fresco y luminoso sol de primavera. Al estar situados sobre agua, los paneles se beneficial del efecto regulador que esta genera, de manera que la temperatura -y con ella la eficiencia de las placas solares- no disminuye.

Instalar plantas fotovoltaicas flotantes es un proceso relativamente fácil, ya que no es necesario emplear maquinaria pesada. Los paneles solares se instalan sobre unos flotadores que van unidos entre sí por un cableado que da solidez al conjunto, evitando así el efecto de los movimientos bruscos a que es propensa el agua.